1. La microbiota intestinal es esencial para la salud
La microbiota, también conocida como “flora intestinal”, es un grupo de microorganismos vivos, principalmente bacterias, que conviven en armonía con las células del revestimiento del sistema digestivo y desempeñan diversas funciones vitales en nuestro cuerpo, tales como:
- Facilitar la adecuada digestión y absorción de los alimentos.
- Contribuir a la síntesis de vitaminas esenciales del complejo B (B1, B3, B6, B12 y ácido fólico) y la vitamina K2.
- Mantener la salud de la mucosa digestiva y la permeabilidad intestinal.
- Proteger nuestro organismo contra infecciones causadas por microorganismos dañinos mediante la producción de sustancias bactericidas, la estimulación de la secreción de moco protector en la mucosa digestiva y la regulación del sistema inmunológico.
- Participar en la regulación del estado de ánimo y el funcionamiento del cerebro al producir neurotransmisores como la serotonina (responsable de la sensación de felicidad y buen ánimo), la dopamina, el GABA, la adrenalina y la acetilcolina.
2. Alimentos que promueven la salud digestiva
Entre los problemas digestivos más comunes se encuentran la gastritis, el reflujo ácido, el estreñimiento persistente, el síndrome del intestino irritable, la indigestión funcional (que se manifiesta como hinchazón abdominal y gases después de comer) y las infecciones parasitarias. Hay alimentos que pueden ayudar a prevenir y, en muchos casos, aliviar estos problemas. Algunos de ellos son aquellos que proporcionan vitaminas (como A, B, C, D y E), minerales (como magnesio, zinc) y, sobre todo, fibra natural, como:
- Verduras (col, espinaca, etc.).
- Frutas (manzana, piña, pitaya, etc.).
- Cereales integrales (arroz, avena, salvado de trigo, cebada, etc.).
- Semillas (linaza, ajonjolí, etc.).
- Tubérculos (papa, yuca, etc.).
- Legumbres (lentejas, frijoles, etc.).
- Frutos secos (nueces).
- Algunas plantas (té verde, nopal, etc.).
La fibra natural presente en estos alimentos se llama “fibra prebiótica o prebióticos” y es el alimento de la microbiota intestinal. Esto ayuda a:
- Regenerar y reducir la inflamación de la mucosa del estómago e intestino, previniendo y aliviando síntomas de gastritis, reflujo ácido y síndrome del intestino irritable.
- Mejorar la digestión, aliviando los síntomas de la indigestión funcional causada por una mala digestión de los alimentos.
- Prevenir infecciones por bacterias y parásitos, fortaleciendo la mucosa y el sistema inmunológico en el sistema digestivo.
- Aliviar el estreñimiento, ya que la fibra proporciona hidratación, volumen y peso al bolo fecal, facilitando su paso por el intestino y promoviendo movimientos intestinales regulares.
3. Problemas digestivos: impacto en el páncreas
El páncreas es comúnmente conocido por producir la insulina, una hormona necesaria para el metabolismo de la glucosa. Pero este órgano juega un papel muy importante en la digestión de los alimentos, ya que produce unas enzimas que descomponen las proteínas, grasas y carbohidratos presentes en los alimentos, para que puedan ser absorbidas a nivel del intestino delgado.
Cualquier alteración en la producción de las enzimas pancreáticas afecta la digestión y absorción de dichos nutrientes, los cuáles pasan al intestino grueso y pueden producir flatulencia, distensión abdominal y dolor tipo cólico, síntomas que en conjunto se denominan “dispepsia funcional”.
Además, la mala digestión de los alimentos puede provocar deficiencia de nutrientes como las vitaminas y aminoácidos, generando enfermedades y pérdida de peso.
Esta información ha sido elaborada a partir de las reflexiones del Doctor Rolando Alberto Cabrales S. Director Médico de MNS (Natural Systems International).